A mí muchas veces se me ha dado por grandes bajones, ya sea por una discusión o porque algo me haya salido mal, sin embargo pocas veces he tenido a alguien que me diga que pese a que tenga un día obscuro al final de toda tormenta siempre saldrá un arco-iris. Dándole vuelta a la ruleta, espero ser yo esa persona que por casualidad os preste un apoyo icondicional cuando tengáis pena. Yo y mis pensamientos estamos aquí para tratar de animaros.
Bueno, al grano, una vez tuve la suerte de que un amigo me diera una lección importante. No digamos "si pudiera", es mejor afirmar "lo haré", la mente positiva es muy importante en lo que se trata del éxito.
La lección fue tan sutil que tuve que leerla un par de veces para darme cuenta cuál era el verdadero significado de esas palabras. Ojalá os sirva en un momento de bajón como me sirvió a mí.
La historia de este hombre está llena de desgracias. No terminó la escuela secundaria, abrió una tienda en el campo, quebró, tardó 15 años en poner su cuentas al día, se casó pero fue un fracaso de matrimonio, postuló para la Cámara de Representantes, perdió, postuló para el Senado, perdió dos veces, pronunció un discurso que llegó a ser un clásico obteniendo que su audiencia fuera indiferente, fue atacado diariamente por la prensa y la mitad del país lo despreció. A pesar de todo esto, imaginemos a cuántos se han inspirado por este desmañado, ajado y melancólico hombre que firmaba su nombre simplemente como: Abraham Lincoln.
Muchas veces hemos creído que todo está acabado, que no servimos para esto, que nuesto camino está lleno de desgracias; yo lo he sentido, soy humana, por lo tanto también una quéjica. Pero después de todo me detengo a pensar en todas las personas que están conmigo, miro al cielo (una fuente de inspiración para poetas y músicos) y sonrío, las estrellas aún brillan y confían en mí. ¿Qué más necesito? Tengo una vida que debo aprobechar, es ahora o nunca. ¿Dejaré que la vida se escape de mis manos?
(fragmeto de uno de mis escritos)
-¿Y cuál es la verdad?
-Los hombres mueren y no son felices
-¡Venga! ¿Qué es una verdad a la que nos acomodamos muy bien? ¡Mira a tu alrededor. No es eso lo que les impide seguir.
-¡Entonces todo a mí alrededor es mentira!, y yo quiero que vivamos en la verdad. No tengo los medios para hacerlos vivir en la verdad. Debería aceptar esta cruel realidad. Ya no puedo más.
-¿A qué te refieres?
-No es posible, ya nunca será posible cambiar las cosas.
-¿Y por qué no? Puedes ir con él.
-Si duermo al igual que él, ¿quién me dará la Luna?
-Eso es cierto...Vamos anímate ¡Mira que luciente y hermosa brilla la Luna!
-Te lo ruego, en adelante ayúdame.
-No tengo razones para no hacerlo, pero sé pocas cosas y pocas cosas me interesan ¿en qué puedo ayudarte?
-En lo imposible.
-Haré lo que pueda.
-¿La Luna?¿el Sol? No hay luz de Luna ahora.
-Yo digo que es la Luna la que brilla tanto.
-Yo sé que es el Sol que brilla tanto.
-Bueno que sea la Luna, el Sol, una estrella o lo que yo nombre pero regresa conmigo.
-Vamos, puesto que hemos llegado tan lejos, y que sea la Luna o el Sol o lo que te plazca, desde ahora prometo que eso será para mí.
